viernes, 1 de septiembre de 2017

SEPTIEMBRE


Sabemos que el equinoccio de otoño es la segunda cosecha. Lo que “plantamos” en nuestros rituales de primavera creció, floreció y fructificó durante el verano. Ahora, mientras la energía de la tierra se inclina y cae sobre la temporada oscura del año, es el momento de que descansen algunas partes de nuestras vidas. Es tiempo de liberación y de aprovechar la energía que viene con el equinoccio de otoño.
Puedes añadir este trabajo mágico a tu ritual de equinoccio habitual. Prepárate con antelación dibujando muchos tipos de hojas (roble, olmo, arce, etc.) que sean al menos tan grandes como tu mano. Haz suficientes hojas para que todo el mundo pueda tener por lo menos tres o cuatro. Llena una cesta con estas hojas, lápices de colores y bolígrafos o lápices para todos los presentes. Es un buen ritual para que también los niños participen. Necesitan aprender cosas sobre la energía que cae.

Hojas que caen y liberación
Se puede utilizar en cualquier momento desde agosto y durante Samhain, pero es especialmente potente la noche de la Luna de la Cosecha, como a veces se denomina a la Luna llena de setiembre.
Proyecta tu círculo como de costumbre y haz el trabajo mágico al que estás acostumbrado. Antes de abrir tu círculo, saca la cesta de hojas y explica que su caída representa la caída de la energía de la estación. También partes de nuestras vidas que podemos liberar y dejar caer en la tierra y enterrarlas hasta la primavera. Pueden ser proyectos difíciles, elementos no deseados de nuestra personalidad, malos hábitos, relaciones conflictivas, dolor, cosas que hemos dicho o hecho, pero que desearíamos no haber hecho; todo aquello que necesite reposar en la tierra curativa. Si lo deseas, dirige una breve visualización guiada en la que los participantes caminen hacia la parte inferior de una colina y aprendan qué cosas necesitan caer. Colorea un lado de tu hoja de papel con tonos otoñales (rojo oscuro, naranja, amarillo pálido, marrón). Puedes usar papel de color, si lo deseas, pero la coloración de las hojas aporta tu energía al trabajo. A continuación, da tiempo suficiente a todos para que anoten en el reverso de sus hojas qué van a dejar caer. Mientras los participantes sostienen sus hojas junto a su corazón o plexo solar, recita la siguiente invocación:

Bendita Madre Tierra, benditas diosas
de la cosecha y el reposo
[nombra a tus diosas de la cosecha favoritas],
voluntaria y pacíficamente liberamos y
permitimos que nuestras hojas caigan
a la tierra, donde van a dormir
durante el invierno.

Sabemos que la energía que cae es
tan importante para la vida como la que se
eleva. Como la energía de la tierra,
inevitablemente, se elevará de nuevo,
sabemos que la nuestra también se elevará.

Pero ahora es el momento de dejar que
las cosas que representan estas hojas que caen
sean sanadas o enterradas u olvidadas.
Cuando la luz renazca en el solsticio
de invierno, ayudadnos a encontrar los brotes
de nuevas hojas verdes.
Benditas seáis.

Ahora lanza tu mensaje al aire tan alto como puedas y observa cómo descienden flotando hacia la tierra. Bendícelas mientras caen. Abre tu círculo, recoge las hojas y quémalas. Saca las cenizas al exterior y entiérralas en tu jardín.

-Barbara Ardinger

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